miércoles, 14 de mayo de 2014

De Clases, cuevas y cabañas


Establecer vínculos entre los espacios habitacionales, la distribución del poblamiento, etc. con un elemento tan complejo (o abstracto) como pudiera ser las relaciones de clase, tiene en Canarias la salvaguarda de los textos etnográficos, que si bien reflejan de forma interesada la sociedad canaria a la hora de llegar los europeos, está claro que las formaciones sociales con las que se encuentran no fueron cosa de un día.
Así, Torriani nos refleja como había una clara diferenciación de clase en cuanto al hábitat:

“Una parte de ellas [las casas] hecha en lo alto, sobre el suelo, pequelas,
redondas y con calles estrechas, eran para los pobres; y otra parte, bajo la
tierra, labradas con mucha industria, como se ha dicho en otro lugar, eran de
los nobles y de los más ricos”

Los palacios no eran sino “grutas espaciosas” en palabras de Viera y Clavijo.

Vemos así como la apropiación no sólo era productiva o simbólica, sino también se materializaba en un elemento tan básico para la subsistencia como la vivienda. Además, deberemos incluir, al menos a determinadas viviendas, con un carácter sagrado, o relevante, al residir allí un personaje con un marcado status social, cuyo status quizás se proyectaba también, de forma similar a los “palacios” africanos, por ejemplo.
Todo ello nos permite seguir las tesis de Willey, donde no sólo afirma que los asentamientos se relacionan con el medio y su explotación sino con su organización social; en las cuevas se cumplen ambos elementos. Desde la óptica adecuada, pudieran “reflejar las instituciones de control e interacción social”. Las cuevas artificiales y su inherente fuerza de trabajo revalorizan además estos hábitats a través del capital simbólico.
Por su parte, los poblamientos de casas destacan por su complejidad: estrechas calles con pavimentos, dependencias anexas, puertas o cerraduras, rampas, pasillos… Bastante destacable, y más teniendo en cuenta el carácter estacional de algunas habitaciones (estas casas “de pastoreo” serían menos trabajadas, con piedra seca formando hileras, de menos de dos metros de altura.
Debiéramos plantear la vinculación entre la arquitectura de esas cuevas o galerías y su relación a la hora de construir las casas (buscando una hábitat similar a dichas cuevas) De igual modo, los almacenes fortaleza y los muros nos informan de una muy posible conflictividad, pero también de una posible segregación, tribal o social, como La Pared de Jandía con sus 6 kilómetros.

Bibliografía: 
R. Santana Rodríguez, J. M. Pérez Luzardo, J. Pérez-Luzardo Díaz:El hábitat troglodita en Gran Canaria:evolución del hogar desde tiempos prehispánicos. URL: http://www.almogaren.org/ic-digital/ICDigital_Almogaren_XLII-7_(2011).pdf
La arquitectura indígena de Canarias y su entorno ambiental Dr. José Juan Jiménez González. URL: http://www.cabildodelanzarote.com/patrimonioVIIIcongreso/docs/Ponencia_Jose_Juan_Jimenez.pdf




No hay comentarios:

Publicar un comentario