Establecer vínculos entre los
espacios habitacionales, la distribución del poblamiento, etc. con un elemento
tan complejo (o abstracto) como pudiera ser las relaciones de clase, tiene en
Canarias la salvaguarda de los textos etnográficos, que si bien reflejan de
forma interesada la sociedad canaria a la hora de llegar los europeos, está
claro que las formaciones sociales con las que se encuentran no fueron cosa de
un día.
Así, Torriani nos refleja como
había una clara diferenciación de clase en cuanto al hábitat:
“Una parte de ellas
[las casas] hecha en lo alto, sobre el suelo, pequelas,
redondas y con calles
estrechas, eran para los pobres; y otra parte, bajo la
tierra, labradas con
mucha industria, como se ha dicho en otro lugar, eran de
los nobles y de los más
ricos”
Los palacios no eran sino “grutas
espaciosas” en palabras de Viera y Clavijo.
Vemos así como la apropiación no
sólo era productiva o simbólica, sino también se materializaba en un elemento
tan básico para la subsistencia como la vivienda. Además, deberemos incluir, al
menos a determinadas viviendas, con un carácter sagrado, o relevante, al
residir allí un personaje con un marcado status social, cuyo status quizás se
proyectaba también, de forma similar a los “palacios” africanos, por ejemplo.
Todo ello nos permite seguir las
tesis de Willey, donde no sólo afirma que los asentamientos se relacionan con el
medio y su explotación sino con su organización social; en las cuevas se
cumplen ambos elementos. Desde la óptica adecuada, pudieran “reflejar las
instituciones de control e interacción social”. Las cuevas artificiales y su
inherente fuerza de trabajo revalorizan además estos hábitats a través del
capital simbólico.
Por su parte, los poblamientos de
casas destacan por su complejidad: estrechas calles con pavimentos, dependencias
anexas, puertas o cerraduras, rampas, pasillos… Bastante destacable, y más
teniendo en cuenta el carácter estacional de algunas habitaciones (estas casas “de
pastoreo” serían menos trabajadas, con piedra seca formando hileras, de menos
de dos metros de altura.
Debiéramos plantear la
vinculación entre la arquitectura de esas cuevas o galerías y su relación a la
hora de construir las casas (buscando una hábitat similar a dichas cuevas) De
igual modo, los almacenes fortaleza y los muros nos informan de una muy posible
conflictividad, pero también de una posible segregación, tribal o social, como
La Pared de Jandía con sus 6 kilómetros.
Bibliografía:
R. Santana Rodríguez, J. M. Pérez Luzardo, J. Pérez-Luzardo Díaz:El hábitat troglodita en Gran Canaria:evolución del hogar desde tiempos prehispánicos. URL: http://www.almogaren.org/ic-digital/ICDigital_Almogaren_XLII-7_(2011).pdf
La arquitectura indígena de Canarias y su entorno ambiental Dr. José Juan Jiménez González. URL: http://www.cabildodelanzarote.com/patrimonioVIIIcongreso/docs/Ponencia_Jose_Juan_Jimenez.pdf